domingo, 8 de noviembre de 2009

El Corazón de Jesús

En el libro de Mateo 14:13–18 vemos que Jesús necesitaba tener un tiempo a solas con Dios, sin embargo era tanta la necesidad de la gente que lo seguían a donde fuese, y Jesús se compadeció de ellos, no solo de sus necesidades espirituales sino también les dio alimento. Jesús hizo todo lo que hizo por la motivación que tenía en su corazón. Jesús tuvo que pasar en este mundo todas las pruebas que nosotros pasamos y también comprendía todas las necesidades de las personas.

El concepto de empatía significa conocer y comprender las necesidades de los demás. Por ejemplo, dentro de un matrimonio cuando algo le pasa a un cónyuge el otro se conduele y comprende lo que le está pasando al otro. Empatía es sinónimo de entender y comprender la situación de los demás.

Jesús tuvo empatía porque tuvo compasión por el pueblo y tenía la habilidad de comprender los sentimientos de los demás. Si somos empáticos entendemos el dolor y llanto de otros a pesar de no estar atravesando directamente el problema. En Salmos 103:13 vemos como el Padre tiene empatía de sus hijos. Tener misericordia es también tener empatía e implica dejar todo egoísmo. Para tener un corazón de pastor involucra también tener empatía.

Un cristiano debe amar a la gente sin pretexto; existen muchos cristianos que no tienen empatía y sus ojos están puestos solo en sí mismos. Siempre se han necesitado cristianos con empatía, ya que a veces parecemos como robots programados para rogar a Dios que solamente mire las necesidades particulares de uno. Sin embargo, es necesario pedir a Dios que nos muestre las necesidades de los demás. En 2ª de Corintios 5:14-17 nos muestra que si Cristo murió por nosotros, nosotros debemos vivir por Él. Debemos ser una criatura renovada, cambiando siempre nuestra mente y dejando a un lado todo egoísmo. La palabra constreñir (v. 14) implica el amar a la gente. La empatía es la habilidad para servir a los demás. Los hombres casados necesitan suma empatía para entender a sus mujeres y viceversa. En Santiago 2:11-17 habla de que la fe sin obras es muerta. De nada sirve aconsejar a las personas si no acompañamos con obras caritativas como el ofrendar alguna cosa que necesiten. La iglesia es una institución que tiene una gran variedad de personas con diferente trasfondo. Cuando sales de ti mismo y empiezas a servir a Dios te das cuentas de que existen personas con más necesidades que las tuyas. La empatía va más allá de las barreras de clase social y raza. En Marcos 10:17 podemos ver que el joven rico también necesitaba de Jesús. Dios ama a todas las personas sin excepción, sin importar la clase social y otras diferencias. La empatía ve la necesidad atrás de la fachada de las personas. En Hechos 10:24 vemos que Dios no hace acepción de personas. En Santiago 2:2-9 podemos ver que en una congregación deben vivir en armonía tantos ricos como pobres. Jesús no mandó a amar primeramente a Dios y luego al prójimo.

Conclusión:

En resumen debemos imitar la empatía que tiene el corazón del Señor Jesús y tratar de comprender las necesidades no solamente de nuestros seres amados sino de aquellas personas a las cuales no conocemos. De esta manera podemos salir de todo esquema de egoísmo y podremos practicar la empatía y el verdadero amor con el prójimo.

Aplicación:

Date de la oportunidad de conocer a una nueva persona, por ejemplo un vecino. Trata se ser empático identificando algún tipo de necesidad que tenga y comparte lo que Jesús ha hecho en tu vida.

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